FINAL DEL CAMINO. Día 14 del Camino de Santiago. A Laxe - Santiago de Compostela

Desde Santiago de Compostela escribo estas líneas, lo que demuestra que ya he terminado el camino, el que empecé hace catorce días desde mi casa en Elche.

Tengo que decir que han habido momentos de felicidad en los que he disfrutado muchísimo, otros de sufrimiento en los que pensaba que no podría acabarlo, momentos de soledad en los que durante kilómetros y kilómetros no veía ni hablaba con nadie y momentos en los que me sentía como en casa, gracias a las personas que me he ido encontrando por el camino, las cuales han llegado a ofrecerme sus casas incluso para pasar la noche.

Pero esto, supongo que es el Camino de Santiago, el enfrentarte a las adversidades a las que te somete, ya sean mentales, físicas, emocionales o climatológicas haciéndote después de todo ello, más fuerte y capaz de afrontar lo que la vida te depare.

Y es que realmente el realizarlo, y el enfrentarte a ti mismo día tras día, luchar contra el cansancio, el dolor, los cambios de clima y sobretodo contra ti mismo te ayuda a ver de forma diferente las cosas, por lo menos a mi me ha pasado.

El llegar a mi destino después 14 días seguidos pedaleando, después de 1200 kilómetros en las piernas y después de más de 70 horas encima de la bicicleta, te reconforta de una forma impresionante.

Por otra parte quiero agradecer de nuevo a todos los que me habéis seguido día tras día y me habéis dado ánimos para continuar, muchas gracias de verdad, ahora os animo yo a que hagáis el camino y disfrutéis de esta experiencia que es impresionante, ya que sólo por los paisajes merece la pena.

También quiero agradecer a todos los que me he cruzado por el camino y me han ayudado, a Sergio por acompañarme en la primera etapa hasta Montealegre del Castillo y a Óscar, otro peregrino que iba haciendo el camino en bici, el cual me crucé en Ávila y que desde Medina del Campo continuamos juntos hasta Santiago, haciendo más llevaderas las duras subidas de Galicia y el camino en sí.

Y bueno dejó de enrollarme y empiezo a hablar del día 14 del camino, en el que llegué a Santiago.

Salimos de A Laxe, sin mucha prisa ya que quedaban escasamente 50 kilómetros para llegar a Santiago y poner punto y final a la aventura.
Así que después de recogerlo todo y de despedirnos del albergue, nos montamos en las bicicletas, y con las piernas y el culo dolorido nos pusimos en marcha, buscando un bar donde poder desayunar ya que todos los que veíamos estaban cerrados.
Y así llegamos a Sillleda a unos 10 kilómetros del punto de salida, donde paramos a comer algo y de paso a hinchar las ruedas, que habían perdido un poco de presión, imagino que por los duros caminos que abundan en Galicia, llenos de piedras, ramas y bancos de arena que dificultan aún más la dura la travesía.

Después del parón, a ponernos en marcha de nuevo, teníamos entendido que ya no quedaban muchas subidas e íbamos "algo" relajados, pero si no hubiesen subidas esto no sería Galicia, por tanto imaginaros, si el camino empezó subiendo no iba a ser menos el acabarlo y así fue, subida tras subida, con la bici a cuestas y a tirar hacia adelante, que ya sólo quedan 30 kilómetros para la gloria.

Y desde aquí hasta Santiago, el camino se basó en sufrir y sufrir, no quedaban muchos kilómetros pero no había manera de avanzar con tanta cuesta pero finalmente llegamos y como no iba a ser menos tuvimos que subir para llegar a la plaza del Obradoiro donde concluyó este Camino de Santiago por el camino del Sureste.

Tuvimos buen recibimiento ya que, había un chico tocando la gaita, y con el sonido de esta entramos a la plaza, donde nos cruzamos casualmente a otro peregrino que también estaba haciendo el camino en bici, pero que salió desde Sevilla y que vimos en Campobecerros donde mantuvimos una agradable conversación con él sobre el Camino de Santiago. 

Al hablar con él, ya en la plaza del Obradoiro nos dijo que había aprovechado para ir a Finisterre, donde nos recomendó ir, ya que según él, era espectacular, salir del monte entre árboles y ver de fondo el mar, pero por motivos de tiempo no pudimos ir.

Y asi terminó la mañana, después de esto fuimos en busca del albergue donde nos íbamos a quedar, mi compañero un día y yo dos, ya que mi tren salía el martes. 

Dejamos las cosas, nos duchamos y fuimos a dar una vuelta por Santiago, a ver la catedral y el centro de la ciudad en si.

Además entramos a la misa del peregrino aunque por el cansancio nos salimos sin ver al final el botafumeiro en movimiento, pero eso sí, abrazamos al Santo después de un rato esperando. Y tengo que decir por cierto que la monja que canta es espectacular!! Ya vereis los vídeos de la GoPro, impresionante!

Y así y con poco más acaba esta aventura, que me ha aportado muchísimo a nivel personal y es que el simple hecho de decidir hacerlo en solitario ya fue un gran paso y el completarlo con exito ha sido un increíble triunfo.

Y para terminar dejo dos citas que creo que me representan un poco en la forma de vivir y ver las cosas.

Fragmento de Charles Bukowski.

"Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos".

Texto de Hunter S. Thompson

"La vida no debería ser un viaje hacia la tumba con la intención de llegar a salvo con un cuerpo bonito y bien conservado, sino más bien llegar derrapando de lado, entre una nube de humo, completamente desgastado y destrozado, y proclamar en voz alta: ¡Uf! ¡Vaya viajecito!"

Y bueno hasta aquí llegan las crónicas de este Camino de Santiago, espero poder realizar alguno más y alguna otra aventura como esta en bicicleta, quien sabe, el tiempo lo dirá.

De nuevo muchas gracias a todos y un saludo enorme!!